En Boca Cerrada No Entran Moscas

Posiblemente no, pero la tentación de escuchar un buen chisme a veces es más fuerte que el impulso por mantenerse uno alejado de las malas lenguas.  Especialmente cuando la indiscreción al frente tiene que ver con alguien a quien no le guardamos mucho afecto.        ¿Pero quienes realmente somos más chismosos: los hombres o las mujeres?

De acuerdo a mi esposa, nosotros los hombres somos mucho más lenguas sueltas que el mentado sexo débil femenino.  Incluso, a su opinión, chismeamos mucho más que nuestras parejas, pero no lo hacemos bien.  Una mujer sabe como compartir solo lo necesario, y piensa antes de hablar.  Un hombre nomás se echa unas cuantas cervezas y después se arrepiente de lo que dijo. Lo cierto es que por más que lo he negado, me doy cuenta que realmente sí tiene razón.  En lo personal, a mí en el cotorreo se me han salido tantas cosas que ya ni sé cuales de todas mis verdades son las que mis compadres no conocen.  Ya de adulto, he hasta llorado entre hombres, algo que nunca hubiera hecho sin el efecto de algunas cuantas cervecitas.

Pero quizá la razón por la cual uno se siente tan libre de abrir la boca entre hombres, y más cuando hay alcohol de por medio, es que uno mismo no se juzga tan duramente como lo hacen las mujeres.  De hecho para nosotros los sentimientos muy pocas veces los tomamos en cuenta antes de expresarnos – ni los nuestros, ni los del camarada.  ¡Y sí, ya las veo a todas moviendo la cabeza de arriba hacia abajo!

Nosotros no nos quejamos de cuanto nos hirieron esas palabras, ni obligamos al compañero a defender sus acciones una y otra vez.  Tampoco utilizamos la culpabilidad como herramienta para llegar al golpe final.  Si se nos sube el coraje nos peleamos físicamente hasta agotar nuestra ira.  Después nos contentamos y seguimos como si nada hubiera sucedido.

Pero bueno, el punto es que sí es cierto que nos gusta chismear, posiblemente más que a las hembras, y no es que sea lo correcto, pero todos sabemos claramente que el chisme se disfruta.  Nos hace reír y en ocasiones hasta impacta nuestras decisiones.  En mi opinión, si uno no abre la boca se queda mudo.

¿Y cuál es el punto de tener uno boca libre de moscas, si no la podemos utilizar para expresarnos?

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